tag:blogger.com,1999:blog-31989307336181045672024-03-13T08:07:45.222-06:00Vuelos de papelCielo abierto para la elevaciónPetcChiapashttp://www.blogger.com/profile/09467962163653275023noreply@blogger.comBlogger3125tag:blogger.com,1999:blog-3198930733618104567.post-63313651350989461132011-09-21T17:05:00.001-05:002011-09-21T17:07:19.472-05:00Me llamo Juan*<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="mso-fareast-font-family: Batang;"><span style="font-size: large;">Me llamo Juan. Soy un niño de diez, un joven de treinta, un adulto de cincuenta años. Todo a la vez. Me hubiera gustado llamarme Carlos Augusto, Mario Daniel o Kevin Eduardo, como los personajes del cine y la televisión; pero mis padres no pensaron en eso. Nací en un poblado de calles irregulares e incomprensibles (la avenida central no es la central). Fui a la escuela ya pasado de edad y estrené mi primer par de zapatos cuando el calor no lo ameritaba; pero eso sí, aún no entendía bien a bien esta vida, y ya sabía de la otra, la que hay después de la muerte, gracias a los contundentes preceptos de las monjas. Esto, creo, muy prematuramente.</span></span><span lang="ES" style="mso-fareast-font-family: Batang;"><span style="font-size: large;"> </span></span></div><a name='more'></a><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="mso-fareast-font-family: Batang;"><span style="font-size: large;">Mi pueblo es maravilloso. Se llena de gente los domingos, se comercia, se intercambia, se convive, se habla en una y otra lengua como en una Babel civilizada. La sombra de los árboles, apostados por mano divina a lo largo del río, es el mejor cobijo para la charla, el negocio o el encuentro con la paz. En época de lluvias se sale poco a la calle. Lo mejor es quedarse en casa, con la familia, con una taza de café como pretexto para alargar la plática hasta la hora de dormirse.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="mso-fareast-font-family: Batang;"><span style="font-size: large;">Dicen que gente venida de lejos pobló hace tiempo este breñal. Tenían los ojos azules y la intención de hacer fructificar la tierra. Eran aventureros y pacíficos, si esto es posible. Con la primera virtud atravesaron el mar y domaron la montaña; con la segunda convivieron con los antiguos pobladores y cumplieron lo que bien parecía una predestinación. Al principio, la fuerza de la moral antigua no permitió la mezcla de las sangres; por eso prevalecieron los ojos claros y la piel rosada. Pero el tiempo no pasó en vano. Ahora somos como somos, y cada vez más orgullosos de serlo.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="mso-fareast-font-family: Batang;"><span style="font-size: large;">Juan me llamo pero no siempre soy el mismo. A veces soy el niño timorato, lleno de miedo y cargos de conciencia, que le teme a lo que hay detrás de la puerta; otras, soy el adulto que se angustia por no saber que hay al fondo del próximo minuto; algunas más, el jovencito que apenas descubrió hoy a la niña de enfrente, como si jamás hubiera existido. Pero también soy el que ama la música, el que lee entre líneas la sabiduría del viento, el que quiere saber qué viene en la siguiente página del libro.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="mso-fareast-font-family: Batang;"><span style="font-size: large;">Estoy lleno de hijos e hijas, de abuelos y abuelas, de padres y esposa, de vecinos condescendientes y mucho azul en los ojos. Esto último de tanto mirar al cielo, que en este rincón del mundo bien se puede tocar sin empinarse. No tengo apellido ilustre, pero de eso nadie tiene la culpa. De llamarme Juan, sí; de no dejar de asombrarme, sí; de andar ufano por la vida, también.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; tab-stops: 70.85pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="mso-fareast-font-family: Batang;"><span style="font-size: large;">Y si llamarse Juan no es suficiente, porque hace falta genealogía para impostar el nombre, ahí está el recurso de la reencarnación... o el del registro extemporáneo.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; tab-stops: 70.85pt; text-align: right;"><span lang="ES" style="mso-fareast-font-family: Batang;">*Una prosa más. Inédito.</span></div></div>PetcChiapashttp://www.blogger.com/profile/09467962163653275023noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3198930733618104567.post-22541334287753481242011-09-21T13:16:00.005-05:002011-09-21T17:12:59.501-05:00Tatuaje de unicornios*<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoTitle" style="margin: 0cm -5.4pt 0pt 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", "serif"; font-size: large; font-weight: normal; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: Batang;">Uno prepara el equipaje. Se fija como destino seguro el encuentro con el día final, y se embarca en la primera aventura que pasa cerca de la casa. Sabe que no hay boleto de regreso, que se vive de manera irrepetible.</span></div><div class="MsoTitle" style="margin: 0cm -5.4pt 0pt 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", "serif"; font-size: large; font-weight: normal; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: Batang;">En el trayecto ocurren cosas; unas tan buenas, que parecen el fin último de la vida; otras ostensiblemente malas, que dan la sensación de que el viaje llegó a su punto final. Pero es apasionante abrir la escotilla, ventilar un poco la curiosidad y ver transcurrir la vida sin sobresaltos, como un vigía en tiempos de paz.</span></div><div class="MsoTitle" style="margin: 0cm -5.4pt 0pt 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", "serif"; font-size: large; font-weight: normal; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: Batang;">Desde la perspectiva del que escribe, ocurre algo parecido. Se puede viajar, seleccionar un rumbo al azar, embarcarse y dejar que la imaginación decida. También resulta emotiva una aventura así, con la atenuante de que en este caso uno no es el actor sino el productor de lo que sucede.</span><br />
<a name='more'></a></div><span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoTitle" style="margin: 0cm -5.4pt 0pt 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"></div><div class="MsoTitle" style="margin: 0cm -5.4pt 0pt 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", "serif"; font-size: large; font-weight: normal; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: Batang;">Así, es posible crear una relación mítica, erótica, fantástica entre dos seres, que, de su fuerza interior, sacan la esencia para darse vida mutua, aun en la indeseada situación de dejar entreabierta la ventana de los sueños, y amanecer con tatuajes de unicornios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm -5.4pt 0pt 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", "serif"; font-size: large; mso-fareast-font-family: Batang;">Del mismo modo, se puede ser feliz, como si éste fuera un día de luz embriagadora en la órbita de las palabras, o la ocasión de cantar, y entrar, furtivo pero arrobado, al gran concierto que es la vida.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm -5.4pt 0pt 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", "serif"; font-size: large; mso-fareast-font-family: Batang;">Y como no hay viajero que no haya sido sorprendido por la noche, no faltará en el trayecto un poco de desazón y pesimismo, y motivos para pensar en pájaros vestidos de luto, ensayando rituales por los muertos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm -5.4pt 0pt 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: large;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm -5.4pt 0pt 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua", "serif"; font-size: large; mso-fareast-font-family: Batang;">Así se crea la poesía. Así se escriben los libros.</span></div><br />
<div align="right"><span style="font-size: x-small;">*Presentación del libro del mismo nombre.</span></div><div align="right"><br />
</div><div align="center"></div><br />
</div>PetcChiapashttp://www.blogger.com/profile/09467962163653275023noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3198930733618104567.post-10178314126224043422011-09-20T19:20:00.006-05:002011-09-21T17:16:00.357-05:00Con el vuelo al hombro<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: large;"></span></div><div style="mso-element-anchor-horizontal: column; mso-element-anchor-vertical: paragraph; mso-element-linespan: 2; mso-element-wrap: around; mso-element: dropcap-dropped; mso-height-rule: exactly; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; font-size: large; mso-fareast-font-family: Batang;">Nunca dudé que volar fuera posible. Lo supe desde que subí a aquella colina, me até sendos trozos de papel a los hombros y me lancé sin temor. ¡Pude volar! Al principio sólo me dejé llevar, entusiasmado, por el viento, que en las alturas tiene otro colorido. Aspiré la vida, la sabrosura de la vida. Me maravillaron las montañas, los hombres, el amanecer, los árboles, vistos desde una perspectiva hasta entonces ignorada. Al cabo del tiempo, hice de mi vuelo un acto controlado. Volé como ave majestuosa, extendiendo las alas en una demostración de jactancia mordaz; pero desistí de hacerlo: me perseguía un incómodo instinto depredador. Ensayé vuelos con plumas de pájaros gráciles, torpes, metódicos y hasta vertiginosos; aprendí, incluso, a no temerle al crujido de las ramas. Pero al final volví a batir mis alas de papel, y concluí que cada quien es lo que es, y se eleva según sus propios medios.</span><br />
<a name='more'></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"></span><span style="font-size: large;"></span><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"></span><br />
<div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 24pt;"><span lang="ES" style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; font-size: large; mso-fareast-font-family: Batang;">Volar no es difícil; se logra de varias maneras. Por ejemplo: se cierran los ojos de madrugada, cuando el silencio es sutil y transparente; se ignora el murmullo nocturno, se respira profundo y se mira hacia adentro. En seguida uno se hace liviano, se eleva, lentamente, como en busca de su propia densidad. La fuerza vital que obra el milagro, convierte el cuerpo en material etéreo, que flota pero es fácilmente controlable. Entonces se agitan las alas (¿de dónde salieron?) una y otra y otra vez, y ya está. Tan maravilloso es que uno ve su propia ascensión.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 24pt;"><span lang="ES" style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; font-size: large; mso-fareast-font-family: Batang;">Otra forma es buscar, de mañana, un acantilado, situarse cerca del borde (no es bueno cerrar los ojos), mirar fijamente hacia el frente y no pensar en nada. En algún momento, a la distancia, aparecemos flotando alborozados, jubilosos de la fresca sensación de libertad que hay en el vacío. Con el rostro de frente, la brisa se mete en los ojos, y por allí empieza a purificarse el cuerpo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 24pt;"><span lang="ES" style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; font-size: large; mso-fareast-font-family: Batang;">También se puede hacer de tarde, bajo un suave sol otoñal, tendido con la cara al cielo. Esta forma me gusta porque es muy relajante. Al contrario de las demás, en ésta uno no es el que sube. El cielo baja, busca el nivel del cuerpo, mete sus brazos por la espalda y nos estrecha como una madre a su pequeño hijo. En este vuelo no se necesitan alas, sólo ojos grandes para abarcar el infinito, y oídos finos para escuchar la música integrada en el viento. Es divertido tocar las nubes, arrancarles pedazos y ponerlos en la boca, como si fueran algodón de azúcar.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 24pt;"><span lang="ES" style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; font-size: large; mso-fareast-font-family: Batang;">Hay otras formas, unas más, unas menos complicadas, pero todas posibles. Como la de subirse al techo de un tren, tirarse bocabajo con los brazos extendidos e impulsarse con los pies; fuerte y rápido para ganar movimiento. Pasado un instante, la inercia dispara el cuerpo hacia lo inesperado. De pronto, lo mismo se puede estar en el presente que aparecer sobrevolando una ciudad antigua con palacios exóticos y gente extraña. Es fascinante el encuentro con lo majestuoso y legendario. Pero aquí hay que ir con ojos vigilantes, para distinguir entre un paisaje real y un espejismo. No sería raro ver salir de alguna lámpara al genio de los deseos, o sucumbir bajo el embrujo de una odalisca.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 24pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: Batang;">Como sea, volar es ir al encuentro con lo que uno quiere ser. No creo que alguien no lo haya hecho. Cada uno, a su manera. Yo prefiero mis alas de papel, como en el sueño de cuando era niño.</span></div></div><div align="justify"> </div></div>PetcChiapashttp://www.blogger.com/profile/09467962163653275023noreply@blogger.com1